jueves, 19 de febrero de 2015

Análisis 3_Finlandia modulada

EL SISTEMA MODULI 225  -Kristian Gullichsen y Juhani Pallasmaa-

Estos dos arquitectos destacan en el campo de la arquitectura, pero se caracterizan por la amplitud de sus conocimientos y la capacidad de abarcar otros ámbitos. Así mismo, sus viviendas abarcan el exterior, lo atrapan entre unas paredes que se difuminan.

Juhani Pallasmaa es, a su vez, participe del campo de las artes plásticas. Toda actividad que haya podido llevar a cabo siempre ha estado sujeta a sus teorías, sus escritos sobre la filosofía cultural y la psicología medioambiental, apareciendo varios de ellos publicados en la revista ARK. En esta misma fue donde Alison y Peter Smithson hablaron por primera vez del Pop-Art. Este detalle no es más que una literalización del cambio, del paso de la modernidad a la actualidad. El sistema Moduli 225 se puede entender como una evolución de aquellos pilotis de Le Corbusier, de aquel posarse sutilmente sobre el terreno. Formar parte del propio paisaje, pero sin corromperlo. Un elemento extraño, un OVNI que no quiere eclipsar el verdadero protagonista de la obra: el entorno. Será la cuidadosa conexión con la cimentación la que permitirá, adquiriendo una cota menor a la que proporcionan los pilotis, que el edificio levite, manteniendo su horizontalidad a la vez que dialoga con el terreno y su relieve. No espero de ti más que el apoyo. Juntos pero no revueltos.

Reflexión, análisis, crítica. La fuente moderna ha pasado por los claros filtros de la racionalidad, la estandarización y la prefabricación. La adaptación al medio. La cultura se mueve. Y es en el sistema Moduli 225 donde podemos ver esta simbiosis. Hay en él claras influencias de la arquitectura japonesa y, como ya hemos dicho, del Movimiento Moderno, especialmente de la abstracción purista de Mies van der Rohe. La abstracción de la vivienda en elementos lineales dispuestos en dos direcciones, ortogonales entre sí, como soporte de otros elementos superficiales, ¿qué es sino el sistema porticado?



Pero las influencias dan, a veces, dudosos resultados. La particularidad de cada cultura, cada lenguaje, cada espacio, parece perderse. Algo que valga para todo, pero que no defina nada. Demasiado neutro para reconocerlo como propio. Pallasmaa se opuso así a la idiosincrasia individual que mostraba la arquitectura de Alvar Aalto. Pero ¿podemos habitar una arquitectura impersonal, que nunca llegará a ser la expresión de uno mismo, de su yo y de su entorno?



Aun así arquitecturas de este tipo se han querido justificar como herramientas clarificadoras de la existencia humana. Desde lo común servir a lo particular, llegar al detalle desde el conjunto. La tensión entre la experiencia personal y el mensaje universal. Entender y abstraer el primero, conquistar el segundo.

“La tarea de la arquitectura no es más que la defensa de la autentica experiencia humana”.

Juhani Pallasmaa, Encounters.

Quizás esto explique que pocas de esas casas hayan llegado hasta la actualidad. El clima de Finlandia era demasiado extremo, demasiado particular, demasiado especial, demasiado para el sistema Moduli 225.


Pero estos fueron los inicios de su carrera. Esta semilla creció. La materialidad que parte de la experiencia general de los fenómenos que ocurren en la arquitectura pasó a relacionarse con la psicología y la cultura, alejándose, poco a poco, de esa primera fase tan pura y de carácter exento. Son las reflexiones en The Eye of the Skin – Architecture and the Senses las que marcaron, el 1996, dicha transición.

Kristian Gullichsen, por su parte, habitó la arquitectura de las altas esferas antes si quiera de plantearse su estudio. Creció en la Villa Mairea, obra de importante relevancia en la trayectoria de Alvar Aalto. Quizás la arquitectura lo buscó, lo capturó, le enseño sus secretos cuando más fácil es verlos: cuando se es pequeño. La proximidad de la obra vino acompañada de la proximidad del autor como canalizador de todo lo que la arquitectura había puesto en las manos de Gullichsen, ofreciéndole trabajos que le permitieran ir más allá, agudizando su espíritu crítico ¿Por qué no? ¿Por qué no hacer algo contrario al maestro? No todo lo que los grandes maestros dicen es incuestionable. Quizá nada es incuestionable.

¿Y todo este collage de influencias, esta vanguardia de tradiciones, dónde acaba?

Finlandia. Casas de vacaciones. 1969. La primera, en Helsinki. Sesenta unidades dimensionales proyectadas. Y la única. 1973.


Cuantas utopías, cuantos sueños de construir en dos días, cuantas posibilidades económicas. Así mismo, el final fue decepcionante. Un modelo experimental que respondía, principalmente, a la concepción que Pallasmaa tenía de la arquitectura. Un descubrirse día a día, un experimento.

“No es mi profesión. Es más bien como una ventana a través de la que observo el mundo. […] Una manera de saciar mis ansias de curiosidad, de conocer y descubrir cada día más cosas”.

Juhani Pallasmaa, entrevistado por Andrew Caruso, colaborador del National Building Museum Online.

Pero no avancemos acontecimientos.

El proyecto se basaba en una retícula estructural formada a partir de cubos de lado libre 225 cm. en todas sus dimensiones. Una estructura porticada en el espacio. Una estructura que en su trazado define la ubicación de los apoyos, pero que también relata la organización vertical. Pasar del módulo cuadrado al módulo cúbico.



Este se forma en base a pilares de 9,2 cm. de lado y vigas de igual ancho, pese a que su canto puede llegar hasta los 15,5 cm. La unión de elementos lineales, tanto horizontales como verticales, se produce, en beneficio de la rapidez y la economía de construcción, en seco. Unos perfiles de duraluminio se insertan en unas acanaladuras dispuestas en los propios pilares y vigas, quedando ocultos a la vez que se favorece la calidad estética y la protección frente al fuego. Dicha acanaladura no se dispone solo en los límites, sino que se prolonga a lo largo de toda su longitud, permitiendo la incursión en ellas de los paneles prefabricados, responsables de cerramientos y particiones.


Dichos elementos superficiales son de dimensiones 75 x 225 cm. A pesar de su invariabilidad dimensional, podían ser ciegos, acristalados o enlistonados de madera. El programa manda, él define sus necesidades, él impone la materialidad del panel. A su vez, la calidad y la protección de estos se adapta a su ubicación (interior/exterior, visto/para revestir, etc).




Los conectores, realizados de duraluminio, se diseñaron para poder ubicarse en cualquier punto de unión, impidiendo el desplazamiento de la viga respecto al pilar, y viceversa. Disponen, a su vez, de unos resaltes de madera que permiten la colocación de las vigas posteriormente a los pilares, insertándose desde arriba.





En cuanto al encuentro con el terreno, ese mínimo apoyo dialogante se realiza mediante unos anclajes metálicos que se fijan a la cimentación de hormigón armado. Son regulables en altura, permitiendo adaptarse a las posibles irregularidades del terreno, a la vez que protege convenientemente a la vivienda de la humedad.




En el otro extremo, 225 cm. por encima, nos encontramos la cubierta, realizada de nuevo con paneles. En este caso se trata de dos unidades de madera con lana de vidrio entre ellas, disponiendo unos remates de madera como refuerzo lateral. Van fijos a las vigas, como el resto, y disponen de unos rastreles que ajustan el revestimiento interior de dicha cubierta. Es así como se genera una especie de falso techo, permitiendo que las instalaciones discurrieran por debajo de la cota de las vigas.

Pero a pesar de la simplicidad de la cubierta no hay que olvidar que llueve, ¿no es verdad? Se dispone, por lo tanto, una lámina autoprotegida sobre toda su superficie, elevándose en el perímetro sobre una pequeña cuña triangular. Evitar filtraciones, recoger las aguas, canalizarlas hasta las gárgolas. Para evitar escorrentías por los paneles-pared se colocan en las esquinas unos remates con una pequeña chapa metálica.


Una vez conocidos los trazos básicos de construcción del proyecto, su lenguaje técnico, hay que tratar de ver algo más que un sistema modular. Limitadas piezas de dimensiones normalizadas, pero con ilimitadas combinaciones y posibilidades de expansión y crecimiento.


No solo plantea una solución modular y prefabricada en base a plantas y alzados, sino más bien una poética constructiva basada en un concepto de desarrollo volumétrico de la vivienda. Se podría decir que el sistema es estandarizado en cuanto a las partes, pero no a su conjunto y desarrollo, ofreciendo gran posibilidad de posibles combinaciones. Se concibe de tal forma que la malla de base cuadrada se emplea como herramienta de expansión en las dos direcciones del espacio.

La composición del espacio, como paso previo a su construcción, se produce mediante vacios, públicos o privados, que se acompañan de vegetación, definiendo la naturaleza como límite de la actuación. Estos se materializan mediante aterrazamientos en forma de bancadas, abriendo la visión de las viviendas hacia el horizonte lejano. Un guiño al paisaje objeto del Movimiento Moderno.

No tiene, por lo tanto, el ensimismamiento tradicional de las casas finlandesas, ya que se conciben como viviendas de verano, abriéndose al espacio exterior. En un claro del bosque. En busca de espacios exteriores que disfrutar bajo la sombra. Una sombra natural o artificial, del árbol, del porche cubierto, de la celosía de madera (tanto horizontal como vertical).

Lo artificial. El porche o la celosía. Herramientas para generar una relación basada en la disolución de los límites, generando situaciones ambiguas interior-exterior, natural-artificial. El uno se introduce en el otro, y viceversa. Diferencia, transición, unificación. En las partes exteriores la estructura del módulo aparece construida pero sin paneles, o disponiendo tan solo celosías. En algunos casos también se producen acristalamientos en el exterior, tratando de conseguir una mayor protección de las zonas de transición.




La gradación de los espacios produce, a su vez, una gradación lumínica. La luz no entra directamente al interior, sino que se filtra desde el exterior. Pocas veces un plano acristalado se abre directamente al exterior, ya que normalmente la luz se tamiza, se cuela como lo hace en el bosque a través de los arboles. Se disponen pues:
  • Paños acristalados que se retiran de la línea de fachada y se protegen mediante un porche, una engawa o una veranda. Si estos no se retiran, aunque pocas veces ocurre, es porque están dispuestos en una orientación menos perjudicial o protegidos mediante vegetación. Ocasionalmente pueden presentarse protegidos con una celosía.
  • Lucernarios en cuña como sistema de iluminación de los espacios más interiores. Además, al no buscar la luz directa, y no orientarse, por lo tanto, a Sur, consiguen esa luz difusa que resulta tan característica de Finlandia.

Las sensaciones al recorrer esta casa se asemejan bastante a pasear por el bosque. Se reinterpreta, de esa forma, el concepto de espacio bosque de Alvar Aalto:
  • El espacio se concibe como un continuo fluido estructurado por el recorrido. Los espacios se suman, las transiciones interior-exterior, las diferentes posibilidades del circuito.
  • Se manipulan los planos visuales a partir de la luz. Se establece una visión en diagonal, una mirada en profundidad. Desaparecen algunos paramentos gracias a la disposición de:
- Paños acristalados de suelo a techo.
- Puertas de suelo a techo.
- Paños de color, tanto dentro como fuera de la vivienda.
- Un tratamiento indistinto de los espacios interiores y exteriores.
- Una naturalización del interior y una arquitecturalización del exterior. Las rocas y la vegetación se      encierran dentro de los módulos exteriores, se desvisten los módulos en el paisaje.


Una vez entendidos todos los niveles conceptuales y materiales del sistema, este se puede relacionar, no solo con la arquitectura del Movimiento Moderno, sino también con la tradición japonesa. Estableciendo una relación entre ambos a partir del libro de Bruno Taut “La casa y la vida japonesa”, se observan ciertas características comunes.
  • La elevación de la casa, articulando la entrada mediante un elemento pétreo relacionado con el terreno, con el carácter pesado, contrapuesto a la ligereza de la vivienda.
  • La veranda o engawa japonesa. Los pasillos exteriores a los que se abren las diferentes estancias.
  • Los bastidores de las puertas son de madera y se subdividen en módulos que se asemejan al cuadrado (aunque su sistema de apertura es diferentes. Correderas en el sistema Moduli 225. Batientes en la vivienda japonesa).
  • El sistema constructivo como esqueleto visto que define, por sí mismo, la decoración interior de la vivienda.
  • Los pilares de madera que bajan hasta el terreno, empleando una pieza de hormigón como mediadora. El esqueleto de madera, hincado al terreno y entre sí mismo, funciona como soporte de los paneles.
  • La modulación a partir de una medida básica. En Japón es el tatami, de 183 cm. Medida basada en la estatura del hombre ¿Y cómo en Finlandia el hombre es más alto el módulo es mayor? Podría ser, pero parece más lógico pensar que responde a posibles subdivisiones del módulo cada 75 cm.

Pero en Finlandia el afán de la estandarización, la fiebre de la obra industrial, no solo afectó a Pallasmaa o Gullichsen ¿El germen, dónde está?



LA SAUNA PREFABRICADA PARA MARIMEKKO   -Aarno Ruusuvuori-

Seguimos, pues, el mismo camino.

“Sólo lo que puede aplicarse de un modo general tiene valor permanente. Sobresale por encima de las limitaciones locales y cronológicas. Puede soportar la criba rigurosa e imparcial de la humanidad y formar parte de la permanente herencia cultural del hombre”.

Aarno Ruusuvuori.

Seguimos, pues, el mismo camino, marcado por el sistema prefabricado, por la abstracción de la arquitectura hasta llegar a su más profunda base. Una concepción neoplástica de la construcción. El espacio no es más que aquello que lo compone. Primero fue recta para después definir el plano. La metamorfosis del espacio. Un nuevo sistema, un nuevo sistema Moduli 225.

El arquitecto responsable de este proyecto estuvo relacionado con el Team X en cuanto a su filosofía proyectual, yendo en busca de una arquitectura más humanizada. Una arquitectura basada en la concepción del espacio interior, coherente con la función, y definiendo a partir de ello un tratamiento y una luz determinados.

El aspecto humano de la arquitectura abarcaba mucho más que simples teorías y ensayos. Para Ruusuvuori se trataba de una verdadera arquitectura de sensaciones, musical. Como en las composiciones de J. S. Bach, su obra se debate entre la dureza del material visto (brutalismo) y la sensibilidad de un espacio formado por experiencias sensitivas a través de la luz, el tacto y el sonido.

Trabajó durante los inicios de su carrera junto a Alvar Aalto, hecho que probablemente justifica una “supuesta” ruptura posterior con el gran maestro de la arquitectura finlandesa. Pero hay que destacar su calidad de “supuesta”. Porque las influencias persisten, pese a que la evolución les dé un carácter diferenciado, e incluso contradictorio. Sus raíces, la madera, la compacidad y el ensimismamiento, combinados con un fuerte poder del espacio público, definen el proyecto que engloba la vivienda y la sauna en Marimekko. Este guiño a la tradición va más allá, mostrándose también en el propio sistema constructivo. A saber, el apoyo con el suelo se realiza con unas pequeñas piezas de hormigón, a semejanza de la base pétrea sobre la que se apoyan las viviendas tradicionales. Y sobre esto dispuso un volumen compacto, un prisma perfecto que no responde más que a las necesidades del programa de forma fría y calculadora. Intenta, pero, protegerse del frio exterior (abriéndose a Sur y cerrándose a Norte), además de poner en valor la vida en familia (el acceso a la vivienda se realiza justo por el lado cerrado, aportando una mayor privacidad a la vivienda).

Como ya pasó con Kristian Gullichsen y Juhani Pallasmaa, nos encontramos de nuevo frente a frente con Alvar Aalto, de nuevo se discute la singularidad de su obra.

“(…) la causa del pensamiento arquitectónico individual de Aalto y sus brillantes dotes, el campo de la forma libre parecía estar bastante copado. Así que pensé que lo mejor que se puede hacer es otra cosa en la que podía trabajar por mi cuenta. La fuerza de Aalto me dirigió hacia otro camino: es una de las razones por las que cambié a un enfoque más racional y busqué soluciones de aplicación más general en lugar de hacer cada uno de los edificios tan personales como fuese posible”.

Aarno Ruusuvuori.

Alejarse de la obra como catálogo, acercarse a la obra como axioma. La creación de unos principios básicos, cuya simple existencia implica su necesaria aplicación en cada proyecto, su reconocida aplicación en este proyecto.

1966. Coetáneo. En el mismo lugar, al mismo tiempo. En el lugar y el momento adecuado. Viviendas experimentales en la colonia Marimekko. 1968.



Será dentro del proyecto de la vivienda donde encontraremos la sauna prefabricada. Con el modelo experimental se trataba de establecer la base para toda una colonia de 3500 habitantes, siendo este susceptible de repetirse una y otra vez

¿Y cómo conseguirlo?

De nuevo se recurre a un sistema formado por elementos modulados y prefabricados. Una base de células de 300 x 400 x 260 cm (siendo la altura superior a la del módulo propuesto por Juhani Pallasma, con 250 cm. de alto), creadoras de los espacios, y que, de cuatro en cuatro componían el collage de cada vivienda. Una para el dormitorio, una para el baño y la cocina, y dos para la sala de estar (además de una terraza, un vestíbulo, un almacén y un pequeño armario).



La base de su rigor modular proviene de sus principios como aprendiz. Fue en el concurso para el Imperial Palace de Addis Adeba en Etiopía, en el cual participó su maestro Aulis Blomsted, donde apreció por primera vez la realidad oculta tras las palabras de Le Corbusier: “(…)el orden es la llave de la belleza”. Blomsted, sirviéndose de sus teorías sobre las relaciones espaciales, empleó con rigor academicista el módulo para organizar la planta y la sección del conjunto de edificios. Una retícula estructural que no se opone a las relaciones reales, materiales y sensitivas de los espacios que configura.

Es por ello que los cuatro módulos de la vivienda en Marimekko, a pesar de su carácter individual e independiente, se entienden como un conjunto unitario y continuo de dos caras (definidas por su tratamiento especial debido a las condiciones climáticas).


El módulo cocina-baño se sitúa paradójicamente en medio de la construcción, separando la zona de día y la de noche. Teóricamente divide el espacio, pero en la práctica lo ordena y conecta todavía más. Para ello se trata de forma diferente, despegando sus paredes 30 cm. del techo y permitiendo una lectura transversal continúa de los espacios que se disponen a sus lados. A la banda corrida de armarios adosados a la pared Norte se le encarga la misma misión.



Cada célula, al igual que ocurría con el sistema Moduli 225, se compone volumétricamente a partir de la unión de paneles, encolándose estos en sus aristas. A pesar de ser susceptibles de compararse a simple vista, hay que destacar la mayor importancia que se le da, en el sistema Moduli 225, a la estructura, a los elementos prefabricados lineales y a los paneles en sí mismos. Aquí tan solo son la base para conseguir lo que verdaderamente define el espacio y configura la vivienda: la envolvente, el conjunto, la relación entre ellos. Hablábamos de perfiles y paneles, ahora de células. Hablábamos de módulos, y estos componían una vivienda, pero en Marimekko hablamos de una vivienda, a partir de módulos. El primero es un puzle que tú puedes montar, mientras que el segundo es un objeto inamovible, que pese a seguir el mismo sistema ya viene montado.



“Yo soy mi mundo”.

Ludwing Lichtenstein.

Aquí ya no sirve esta premisa defendida por Pallasmaa. Yo lo creo, lo construyo, lo vivo, lo entiendo, lo siento.

Pero en la sauna volverá a ponerse en valor el germen de ese volumen: los perfiles y paneles, convertidos ahora en suelos, techos y paredes.

El apoyo de este sistema con el terreno se realiza disponiendo unos elementos puntuales de hormigón y, sobre estos, un bastidor de madera, apoyando encima los paneles que funcionan como forjado. De nuevo la estructura se piensa en horizontal, sin pendiente, al igual que ocurría el sistema Moduli 225. En este caso el apoyo de la vivienda era un poco más simple, realizándose directamente sobre dos líneas paralelas sobre apoyos de hormigón y ligeramente retranqueadas hacia el interior, apareciendo luego 5 o 6 líneas transversales. Dicho apoyo existente en la vivienda formaba un sistema similar al empleado en la sauna.

Se proyecta como un hito en el lugar, perdida en medio del bosque. Por todo ello la relación con este no se materializa tan solo en planta, sino también en alzado y sección.

Como ya hemos dicho, existe una clara dualidad en el muro, como respuesta a las duras condiciones climáticas del país. Pero esto se extrapola a una escala mayor. Entendiéndose el propio edificio como un elemento lineal similar al muro donde se aprecian claras diferencias entre sus caras. Al norte una pared ciega de color azul, donde solo aparece una ventana circular que enmarca el bosque que la rodea. Otro guiño al paisaje objeto del Movimiento Moderno. Al exterior no se diferencian las paredes, el suelo o el techo, siendo todo un continuo azul. El submarino azul la llamaban. A esta pared se asocian, en el interior, elementos de almacenaje, contribuyendo a aumentar el colchón térmico.

Al sur el edificio se diluye, se atraviesa con la mirada. A esta orientación se asocian las estancias servidas y se disponen instalaciones tales como la calefacción o la iluminación. Cada uno de los espacio se iluminan a través de un ventanal o ventana, teniendo un tamaño y una disposición diferentes en función del uso al cual sirven. Se modulan en sección para determinar una percepción diferenciada del observador. Se le da así una verdadera importancia a la relación entre la ventana y la altura de los ojos: sentirse un niño, las puntillas como complemento de la abertura. La sala de estar, con sus dos módulos, dispone de un ventanal de 190 cm. de alto y 300 de ancho, ocupando todo el módulo en esta dimensión. En el baño y la cocina surge una grieta de 25 x 80 cm. En el dormitorio vuelve a emplearse todo el ancho del módulo, pero en este caso no se abre de suelo a techo, sino que empieza a 80 cm, llegando hasta los 190 cm.


Tanto la dualidad corpóreo-incorpóreo como el juego de colores y reflejos permite que lo que durante el día es fondo en la noche se vuelve figura. No solo la luz natural juega un papel importante en esta metamorfosis diaria. También la luz artificial. Se disponen lámparas sobre las ventanas, iluminando su plano y convirtiéndose en lámparas hacia el exterior, hacia el bosque.

No es un muro, son dos. Un cerramiento opaco y un cerramiento acristalado, una zona de almacenaje y una zona libre, la luz y la sombra, el calor y el frío. El gradiente de luz y de calor.

A pesar del ya mencionado ensimismamiento de la vivienda se proyectaron unos interesantes espacios de transición entre el espacio público y el espacio privado, disponiéndose principalmente en la entrada de la vivienda. Al exterior delimitan, rompen, a través de ellos se percibe, se ve, se produce movimiento. Ahora es un límite, no entres a mi propiedad; ahora es un cartel de bienvenida. Y tras un filtro, otro: el umbral. Abierto pero recogido entre las paredes y el techo, ligeramente elevado, con pavimento. Une el exterior con el interior, y a su vez la vivienda con la sauna. Establece paralelismos, un paso más en esta transición hacia la privacidad. Se presenta como el mirador del bosque, desde donde tomar decisiones, entrar o salir, estar quieto o echar a andar. Pero hay más a lo largo de la vivienda, llamados patios, llamadas sorpresas, espacios que, de nuevo, se materializan con el vacio. Un vacio proyectado hacia el cielo (el patio), proyectado hacia el horizonte (el umbral). Una relación de usos (el patio), una relación con la naturaleza (el umbral). Polifacéticos.



Dentro del conjunto cabe destacar la sauna. Esta surge como consecuencia de los tres tipos de espacios que define Ruusuvuori: el interior, el exterior (umbrales y patios) y la sauna. Esto responde a la diferenciación por usos, apreciable también en la materialidad interior definida a partir de los diferentes matices de la madera. Las paredes interiores se realizan con tablas de contrachapado blanco de 100 cm. de ancho. El suelo se realiza igual que en el umbral, pero quedando revestido con un felpudo en el contravientos de la entrada, y con alfombras en las zonas estanciales. A los espacios exteriores, aunque sean transiciones entre interiores, les corresponde el mismo tratamiento que a todo el exterior de la vivienda, con las superficies verticales en azul y las horizontales que se mantienen como en el propio entorno. En la sauna, pese a no tener documentación gráfica que justifique estas palabras, se cree que, por su similitud a otros proyectos y su carácter tradicional, estaría revestida con listones de madera con su color natural.


Su diseño surgió con posterioridad a la vivienda, y en base al mismo sistema estructural prefabricado, configurándose como un espacio tridimensional tripartito mediante mamparas de vidrio. Se definía así un espacio exterior, un baño y la sauna propiamente dicha. Como ya hemos dicho, suponemos la madera como base de la célula, al igual que en el resto de la vivienda, formando tanto elementos lineales, de escuadría media, como paneles que servían para componer el espacio cerrado y aportar estabilidad a la estructura.



En todo este discurso constructivo no se podía obviar su clara vinculación con el agua, por lo que esta se remarca todavía más. La naturaleza no solo define el entorno, sino que nace del mismo interior de la sauna. El movimiento del agua y la madera clara generan un espacio cuya luminosidad y sensaciones nos permitiría confundirlo, fácilmente, con el exterior. Surge la duda sobre si el entorno penetra a través del cerramiento deslizante, o el interior se escapa en busca de la conquista del bosque. La disolución de la estructura, la relación confusa entre el dentro y el fuera.


Más allá de la sauna como construcción de un espacio catalogado, con gran acierto estructural y sensitivo, esta tiene un carácter simbólico potente. Llega un momento en que la revolución arquitectónica se orientaba hacia la muestra al mundo de los eternos olvidados, los leprosos del mundo residencial. Los elementos prefabricados se clasificaban como enfermedad mental. Ennoblecer un espacio servidor, una locura. Pues bien: todo en uno. La sauna colmata la arquitectura de lo inaceptable.

Pero toda revolución tiene una base, un pasado olvidado que recuperar, que gritar a los cuatro vientos. En la cultura japonesa el baño no era un espacio servidor, sino un entorno de purificación, y es por ello que se separaba del resto de la vivienda.

Aun así, no todo son halagos para esta obra. La primera y única vivienda que seguía este modelo, el prototipo, no llego más allá, recibiendo duras críticas de sus propios habitantes. Se definió como incómoda. Se permite cierto escepticismo frente a la generalización de esta afirmación. Probablemente no lo era tanto la vivienda como su emplazamiento, en medio del bosque, lejos de Helsinki, en un país donde las distancias entre emplazamientos urbanos se basan en la total dispersión. Pero también es cierto que el emplazamiento fue una decisión proyectual más del arquitecto.

“Tengo que reconocer que, personalmente, me resulta algo difícil dar sentido a todas las formas retorcidas y la abundancia de materiales que dominan la actualidad. Demasiado a menudo tengo la impresión de que el resultado no es solo la expresión de la materia, sino un intento materialista de usar la diversidad para ocultar la ausencia de valores espirituales.”

Aarno Ruusuvuori.

Hemos venido a nacer y a morir en el mismo punto. Los dos proyectos son una utopía. Una realidad inconstruible. La técnica lo permite, la persona no. Límites humanos al avance de la tecnología. Y ello invita a replantearse el camino de la arquitectura.

¿Es arquitectura aquello que puedes ver pero no sentir?

¿Aquello físico, pero carente de espíritu?

¿La materia sin esencia?

¿La arquitectura deshabitada?

Los dos sistemas prefabricados exaltaban la nueva técnica de la estandarización industrial, pero un ser humano no se ensambla en cualquier hendidura. No se dispone de forma modular en los espacios. Hay algo que no se mide, que no se ve, que no se puede traer producido de fábrica. Las sensaciones in-situ.





Bibliografía:

• tectonicablog.com. “Sistema Moduli. Kristian Gullichsen + Juhani Pallasmaa”.
• www.tumblr.com. “Sistema Moduli”.
• www.nbm.org. “Interview with an Architectural Icon: Juhani Pallasmaa”. Andrew Caruso.
• www.arquitecturaymadera.es. “Sistema Moduli. Sistema constructivo experimental”.
• retro.seals.ch. “Moduli 225 – ein vorfabriziertes Bausystem aus Holz”.
• www.habiter-autrement.org. “Sistema Moduli”.
• tectonicablog.com. “Colonia Marimekko. Vivienda experimental”.
• tectonicablog.com. “Colonia Marimekko. Sauna prefabricada”.
• issuu.com. “Naturaleza e industria. La integración en el paisaje de la vivienda prefabricada en Finlandia”. María        Mestre.
• upcommons.upc.edu. “Dos edificios de Aarno Ruusuvuori”. Raúl Castellanos.
• www.tumblr.com. “Aarno Ruusuvuori”.
• www.docomomo.org.br. “Poesías brutalistas: arquitecturas de Aarno Ruusuvuori”. Óscar Miguel Ares.
“Instantes velados. Escenas retenidas. Pequeña escala de la arquitectura finlandesa en el siglo XX: villas,                       residencias y saunas”. Jairo Rodriquez Andrés. Tesis doctoral en la Universidad de Valladolid.
“Casas refugio. Private retreats”. Gustau Gili Galfetti. Editorial Gustavo Gili, S.A. ISBN 9788425216510.
“Cinco maestros nórdicos: Peter Celsing, Sverre Fehn, Aarno Ruusuvuori, Knud Holscher, Högna Sigurdardóttir-      Anspac ”. Dirección General Española para la vivienda, el urbanismo y la arquitectura. Ed. Ministerio de Obras                  Públicas, Transportes y Medio Ambiente. ISBN 8449801087.